Cada mañana disfrutamos de un desayuno impresionante con productos locales, que realmente nos llenó de energía para explorar la ciudad.

La cama en nuestra habitación era un poco dura, lo que podría no ser del agrado de todos los huéspedes.

el riad en sí tiene potencial, pero su ubicación es espantosa, a 30 minutos de la plaza. la habitación era tan pequeña que casi no podía moverme. ni una botella de agua de cortesía, pensaba que me merecía algo mejor. casi escribo una buena reseña, pero no pude.

El té de menta me ayudó a dormir mejor.

El té delicioso servido en el patio del hotel crea una atmósfera acogedora. La decoración en tonos azules, aunque pequeña, proporciona un encanto particular que hace que la estancia sea especial.

La ubicación a 20-30 minutos de la plaza Jma El Fna puede ser un inconveniente, especialmente al principio. Las habitaciones son algo pequeñas y la puerta no garantiza privacidad. hay agujeros en ella por donde entra luz y se escucha todo. La cama, algo dura, puede no ser ideal para todos los gustos.

La atención del personal fue excepcional, siempre listos para ayudar y ofrecer recomendaciones. Nos encantó la decoración vibrante que le da vida al lugar y el ambiente acogedor. Además, la ubicación en una zona residencial, lejos del bullicio turístico, nos permitió disfrutar de la auténtica Marruecos. A solo unos minutos caminando se encuentra el Jardín Majorelle y el Museo Yves Saint Laurent, lo que fue un gran punto a favor.

Las habitaciones son algo pequeñas, lo que puede ser un inconveniente para algunos.

El Riad 1001 Couleurs ofrece una experiencia única con una decoración vibrante que te transporta a un mundo colorido. El desayuno es un festín de sabores locales y el propietario es una joya, siempre atento y amable. Sin embargo, la cama podría ser más cómoda y la privacidad es limitada.

Nos encantó la decoración vibrante y el personal encantador que nos hizo sentir como en casa. Además, disfrutamos de un delicioso té en el patio y de spa para relajarnos después de un día explorando.

Eso sí, me sentí como una estrella de cine, pero solo cuando la cama no me estaba abrazando como debería.

te sentirás como en casa gracias a la hospitalidad excepcional de azdin y sus deliciosos zumos frescos cada mañana

El Riad 1001 Couleurs es un lugar mágico, donde la hospitalidad de Azdin te hace sentir parte de su familia. Cada mañana, comenzamos el día con un refrescante zumo, y cuando llegábamos, siempre había una sonrisa y un té increíble esperándonos. Esto, sumado a la atención al detalle en la decoración y la limpieza impecable de las instalaciones, hace que tu estancia sea inolvidable.

Es un lugar acogedor con propietarios encantadores que ofrecen un servicio excepcional y una terraza ideal para relajarse después de un día de exploración.

el encanto de un hogar lejos de casa

ambiente tranquilo, decoración vibrante

apenas espacio en el área de desayuno

La habitación estaba bien decorada, pero no muy grande. La cama era un poco dura, así que no fue lo más cómodo para dormir. Aunque como todo estaba muy limpio y tenía el encanto del estilo marroquí, compensaba un poco. Además, el servicio fue excelente, el personal siempre estaba ahí para ayudar. La atmósfera del riad es genial, pero falta un poco de privacidad, ya que se escucha todo.

El trato del personal fue excepcional. siempre estuvieron atentos y listos para ayudar. La decoración del Riad era realmente auténtica y colorida. creaba un ambiente especial. Además, los desayunos eran deliciosos, con pan recién horneado y zumo natural.

Todo fue increíble.

buena experiencia pero con algunos detalles mejorables

Disfruté del desayuno cada mañana, lleno de sabores frescos y delicias locales. La atención de Asdin fue excepcional, siempre dispuesto a ayudar y compartir recomendaciones sobre la ciudad. La limpieza de las instalaciones fue impecable, lo que hizo que siempre me sintiera cómodo durante mi estadía.

La cama era un poco dura y las habitaciones tienen poco espacio.